jueves, 28 de mayo de 2009

Permiso



Cuando dejamos ir a lo que veníamos siendo, eso que nos mantuvo tan condicionados, es cuando lo que creíamos imposible finalmente sucede.
Un día nos despertamos y el sol parece iluminar mucho más fuerte a través de nuestra ventana, la sonrisa existe independiente de realidades que nos determinen y los pasos caminan solos hacia destinos nunca imaginados.
El milagro de estar vivos se expresa en la más alta voz, provocando un eco que contagia de alegría a nuestro entorno y sentimos que desde todos los rincones aparecen retos nuevos y sorpresas llenas de asombro.
Cuando soltamos al que veníamos siendo, permitimos al que se hallaba escondido por orden nada más que nuestra, que se exprese libremente y pueda ser.
Cuando actuamos de esa manera todos los poros de la tierra que nos sostiene, se abren, entregándonos su magia y secretos y nos convence de que todo cuanto necesitamos se encuentra a nuestro alcance, cuando así lo deseemos.
Cuando le damos la oportunidad a nuestra parte, que por miedo a no ser bienvenida se hallaba escondida, nuestra luz propia brilla más fuerte e ilumina ahí donde la oscuridad parecía eterna habitante.
Cuando nos damos ese permiso y aprendemos a fluir con el ritmo natural de lo invisible, es cuando más cerca estamos de la tan preciada y misteriosa felicidad.

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