Recordaba esa playa donde paso su infancia, tantos primeros besos presencio ese lugar, tantos adioses, tantos rezos, eternos amores y destiempos.
Un mar que lo observaba todo, sabiendo que un día, eso sería nada y sin embargo, al ir y venir en cada ola, repetía en esa orilla, cuan eterno es el tiempo aunque termine, si concientes somos del momento, y atesorando cada minuto vivido nos damos cuenta que tanto el llorar como el haber reído, hacen de nuestra vida, una eterna bienvenida.
Un mar que lo observaba todo, sabiendo que un día, eso sería nada y sin embargo, al ir y venir en cada ola, repetía en esa orilla, cuan eterno es el tiempo aunque termine, si concientes somos del momento, y atesorando cada minuto vivido nos damos cuenta que tanto el llorar como el haber reído, hacen de nuestra vida, una eterna bienvenida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario