miércoles, 3 de junio de 2009

Minutos


Recordaba esa playa donde paso su infancia, tantos primeros besos presencio ese lugar, tantos adioses, tantos rezos, eternos amores y destiempos.
Un mar que lo observaba todo, sabiendo que un día, eso sería nada y sin embargo, al ir y venir en cada ola, repetía en esa orilla, cuan eterno es el tiempo aunque termine, si concientes somos del momento, y atesorando cada minuto vivido nos damos cuenta que tanto el llorar como el haber reído, hacen de nuestra vida, una eterna bienvenida.

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