martes, 23 de junio de 2009

Cuando eramos felices


Cuando eramos felices los girasoles nos miraban pasar y seguían nuestro andar, ellos siguen al sol y así estábamos los dos, iluminados.
Cuando eramos dos niños, andábamos por las calles y todo parecía nuevo, sorpresa constante, eterno aprendizaje.
Cuando así nos sentíamos no había secreto que me diera miedo que descubrieras, tu capa imaginaria protegía mis pies de mojados pozos que dejaba la tormenta.
Cuando eramos uno más uno, la cuenta siempre daba perfecta y mis pasos combinaban con los tuyos en un sin fin de melodías superpuestas.
Cuando al mirarte me veía, sentía que eso era lo tan comentado por todos en libros, ese sentimiento del que todos hablaban y nada parecía yo conocer, pero en ese instante podía saberlo cerca.
Cuando eramos felices, me bastaba con tu sonrisa, la lluvia no podía opacar ya nada, no habían amenazas, solo certezas.
Cuando así te sentía, caminando conmigo a tu manera, yo me sentía ser distinta, casi como si me vivieras.
Cuando andábamos riendo por ese camino que nos daba la bienvenida a cada paso, nada dudaban mis ojos, todo creían mis orejas.
Ese entonces ya se va sintiendo lejos, como si se hubiera escrito en blanco y negro nuestra historia.
Cuando así lo fuimos, y si que lo fuimos, conocí la paz y me enamore de ella.

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