Le encantaba estar en el sillón viendo una película abrazados, le encantaba demasiado estar sentados en el sillón viendo la película abrazados.
Le encantaba mirar y no poder ver nada, desconcentrada, solo podía sentir que le encantaba estar entre esos brazos.
Le encantaba estar en el sillón no viendo la película y si abrazados.
Le encantaba abrazados estar y solo eso, sin saber más nada, entre sus brazos.
Eso le encantaba.
Los detalles lo hacían todo perfecto a pesar de los vanos intentos por oscurecerlo.
Y aunque suene a repetición, yo lo se, le encantaba.
En ese instante todo, cada inspiración propia y ajena, tenía sentido.
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