sábado, 25 de abril de 2009

Retorno



Salí a caminar,
cada paso me convencía,
cual vendedor de mentiras,
que podría olvidar.

No conforme con mi valentía,
la vida se volvía a empeñar,
en no dejarme seguir adelante,
continuar sin tu luz titilante.

Y como dueña que es de mis pasos,
me hizo ver, de pronto,
inmersa en tu abrazo.

No entendí ya como, ni cuando,
pero ya sin lograr analizarlo,
estabas ahí, otra vez,
dueño de mi razón y mi sonrisa.

Frente a frente ya no era yo,
y ni vos, mi eterno habitante,
podías ser vos.

Contenta sangraba mi alma,
llena de miedo reía,
no podía pensar en perderte,
no de nuevo,
no todavía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario