miércoles, 5 de agosto de 2009

Ironía extrema



La certidumbre de la muerte lo aterraba. Miles de imágenes se presentaban ante cada parpadeo, mostrando las infinitas maneras posibles de abandonar este mundo.
Todo imagino, todo menos la forma en que realmente sucedería.
Murió de risa anunciaban sus amigos desconcertados. El, que tantas veces había llorado sus preciadas penas, que muchas otras se enojaba ante realidades no comprendidas por su caprichosa mente, incapaz de aceptar al mundo tal y como era. El, que tantas otras se quejaba ante resultados diferentes a lo esperado. El, que pocas veces mostraba sus preocupados dientes por miedo al destino.
Este hombre precavido y vacilante, asombrosamente murió de risa.
Y como en toda historia con final abierto, queda en cada uno imaginar el motivo de tan punzante carcajada, para dejar así el mundo que le había costado tanto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario