viernes, 31 de julio de 2009

Un mismo momento desde ojos distintos


“Me acuerdo bien… mis escasas ganas de salir ese día… y mi amiga que insistía e insistía.
Mis razones fueron débiles ante esto y ella junto con la vida, parecieron convencerme y así fue que termine yendo a su encuentro y entre risas y más risas la noche fue transcurriendo.
De pronto me vi sola dando vueltas, alejada de nuestra mesa un rato, en busca no se de quien, siempre buscando… y volví un poco enojada, nada parecía salir del todo bien nunca, pero a pesar de eso mi humor siempre acudiendo en mi rescate, me hizo decir el más insólito de los comentarios, que podría haber sonado hasta patético, pero parece que la sonrisa y cierta ingenuidad cambia el color y el tono de las verdades que suelen resultar más feas que otra cosa, las que en general ni siquiera son ciertas pero tanto las creemos, que llegan a sonar reales.
De pronto me percate que ya no éramos solo dos en esa mesa, habían llegados un amigo y otro más. Al ver su mirada receptiva y esa sonrisa amigable, me sentí feliz de tenerlo cerca, frente a mi como dándome la bienvenida a su vida. Así me percibí bien recibida, llena de luz y alegría.
Mi corazón no querría ya seguir buscando en otro lado. Mi búsqueda del tesoro, ese juego en que participaba desde siempre, parecía haberme dado ahora, una pista mejor, un regalo sorpresa, un ser de cara extraña, ojos soñadores y ensimismados que ahora atentos parecían observarme.”

“La vi. sentarse mientras hablaba y hablaba, quejándose de su aparente mala suerte, creo recordar refiriéndose al amor, pero nada de eso era dicho con oscuridad, era una queja iluminada, hasta cómica resultaba en su torpeza, alegre, fresca como el rocío e inocente como una mariposa.
Me lleno de sonrisas la mirada, desde el primer momento fijo la suya en la mía y el dialogo fue fácil, como un río que sabe bien hacia donde queda su mar.Me sentí cómodo y conmovido con tan poco.
La sentí contenta y entusiasmada de tenerme de espectador de su sonrisa, aunque también note, venía acompañada de un gran miedo.
Me divertía y eso que no me divierto fácil, la gente suele resultarme aburrida, pero ella me hizo reír y sonreír incontables veces ese día, una especie de hipnosis acudió a mis ojos y mi cara se convirtió en eterna sonrisa.”

“Lo que tuve que insistirle para salir ese día, ella repetía lo cansada que estaba, la falta de ganas y demás cosas que se dicen en esos casos, pero yo, enérgica como siempre no pare de llamarla y explicarle que la estaba esperando y finalmente supe que lo logre cuando por la puerta de ese bar, la vi entrar colorida como siempre. Que linda estaba mi amiguita y lo que más rabia me da a veces es que no se reconozca del todo en nada, me gustaría que se quisiera más, que se valorara. Me puse contenta de saberla ahí conmigo. De pronto mientras se fue a dar vueltas por ahí, en busca de no recuerdo quien, a nuestra mesa llegaron unos amigos.
Cuando al fin volvió, mientras hablaba sin parar como siempre, quejándose aunque con sonrisas bien no se de que, algo sobre los hombres y su suerte eso seguro, a pesar de su aparente enojo, como dije… sonreía.
Me di cuenta rápidamente, no pararon de mirarse de manera fija y sostenida desde el primer instante en que se tuvieron de frente, como tampoco dejo ella de repetirme perpleja lo tanto que le iba gustando ese ser que confieso, a mi también me gustaba cada vez más para ella y si, la quiero y deseo su felicidad, la entiendo tanto a veces, su búsqueda, tanto amor para dar aguardando en si misma, y ese ser tan próximo sentado de pronto ante mis ojos, fue luminoso receptor de dicho sentimiento latente.
Ni ellos se imaginaban la manera en que se miraban, yo se, hoy después de tanto vivido y perdido también, que entre ellos desde el comienzo una especie de amor existió.
Seré terca, y si que lo soy, pero a mi nadie me lo contó, no estoy hablando de una de esas películas que te hacen llorar… hablo de la vida, lo tangible, de dos seres que aunque por corto tiempo pudieron encontrarse, de una noche iluminada por disparos de miradas que cómplices compartieron tan mágica coincidencia.
Ahora solo eso hay, un fin y una chica con lágrimas en los ojos, pero en mi caso y espero, también en el suyo, creo que la magia siempre vuelve, seguro donde menos la busque, posiblemente otros ojos la encarnen, algo me dice y me convence que si no fue antes, solo se trata de un no por ahora, un no todavía.”

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